Ikigai y la validación del entorno para mejorar

Ikigai y la validación del entorno para mejorar
Ikigai y la validación del entorno para mejorar

Ikigai y la validación del entorno para mejorar

La mayoría del tiempo, pasamos por la vida utilizando el bastón de nuestras propias ideas, creencias y apreciaciones de lo que se debe y no se debe hacer.

Eso está muy bien, pues es el resultado de nuestros aprendizajes, experiencias y motivaciones. Sin embargo, cuando pensamos en mejorar alguna área de nuestra vida, ya sea en lo laboral, lo relacional, lo económico o la autorrealización, no siempre basta con la propia percepción.

Es así que buscar Feedback de otros se puede convertir en el vehículo que nos lleva más rápidamente a encontrar las oportunidades de mejora que se requieren en cada momento. Sabemos que escuchar críticas o ideas diferentes a las que tenemos preestablecidas, la mayoría de las veces puede ocasionar gran resistencia en nosotros. Pero es algo a lo cual nos debemos disponer de manera receptiva, abierta y flexible.

Un primer flujo de Feedback, es aquel que no solicitamos al entorno. Surge espontáneamente cuando los demás interactúan con nosotros o con nuestros negocios, impulsando la expresión de insatisfacciones, aciertos o propuestas alternativas.

Un segundo flujo de Feedback, es aquel que nosotros mismos solicitamos al entorno, con el propósito de encontrar oportunidades de mejora o verdaderas trasformaciones en el área que estemos interviniendo.
Ikigai nos muestra que no somos seres aislados en el universo; que hacemos parte de una conciencia colectiva mayor; y que lo que hacemos, tiene un impacto positivo o negativo en los demás.

Es por ello que pedir retroalimentación constante a los demás, puede ayudarnos, por ejemplo, a mejorar la forma en que nos relacionamos con los otros o a mejorar un producto prototipo antes de su lanzamiento.

En este sentido, debemos apropiar el tipo de preguntas clave que nos pueden permitir encontrar las verdaderas oportunidades de trasformación de lo que no funciona y el desarrollo de lo que si funciona.

Si bien podemos hacer sofisticadas encuestas o investigaciones descriptivas o exploratorias, lo simple casi siempre es lo que mejores resultados da. Por ello se plantearán a continuación tres preguntas clave que nos servirán para recibir Feedback del entorno y validar que debemos eliminar, mantener o crear.

¿Qué debería dejar de hacer y por qué?

En la esfera personal, preguntarles a los demás sobre lo que no les gusta de nosotros lo que deberíamos dejar de hacer, es sin duda la retroalimentación más difícil de asimilar. Pues nuestro ego sale reactivamente a batear cualquier opinión que se aleje de nuestra visión de las cosas o de nuestra innegable área de confort.

Normalmente, no estamos dispuestos a flexibilizarnos ante lo que los demás esperan que cambiemos, pues eso implica un ejercicio de reconocimiento y conciencia activa de la situación, para no volverla a repetir. De tal forma que la trasformación de hábitos, se convierte en este caso en la herramienta para aceptar la crítica como oportunidad y llevar a cabo un proceso de trasformación o anulación de determinados comportamientos.

En la esfera profesional o de negocios, es fundamental validar con el entorno lo que en nuestro trabajo, servicios o productos deberíamos dejar de hacer.
Comprender lo que los demás no valoran como útil o relevante de nuestra oferta de valor o producto, puede sin dudas, liberarnos de lastres que no permitirán el desarrollo de nuestras carreras o negocios, o que pueden convertirse en las razones por las cuales no seamos sostenibles o escalables en el futuro.

No basta con solo saber lo que debemos dejar de hacer, sino hallar las razones del porqué. Las cuales nos ayudarán a entender el impacto real en los demás.

¿Qué debería seguir haciendo y por qué?

Esta pregunta sin lugar a dudas es la más gratificante de todas, pues nos muestra que valoran los demás de nosotros, en el área personal, o de nuestra propuesta única de valor, en el caso de los negocios.

Esta pregunta no se formula para quedarnos en el regocijo vanidoso de las palabras recibidas, sino más bien, para que nos sirva como punto de partida en la exploración de mejores formas de relacionarnos e intercambiar valor con nuestro entorno.

Cuando valoramos las respuestas sobre lo que deberíamos seguir haciendo, nos puede servir como la métrica de la contribución positiva que estamos haciendo a la sociedad o al mercado. Por lo que se convierte en el puente para fortalecer las relaciones de largo plazo.

¿Qué debería empezar a hacer y por qué?

Esta pregunta es la más impredecible de todas, pues representa lo que los demás quisieran encontrar en nosotros o en nuestras marcas. Puede darse que lo que el entorno quiere que sigamos haciendo sea lo más relevante, y lo nuevo que nos piden hacer, sea tan solo una propuesta de Innovación incremental en nuestras vidas o negocio. Pero puede ocurrir que lo que los demás esperan de nosotros, se convierta en una verdadera innovación radical.

Este orden de ideas, tanto en el campo personal como profesional, asumir el reto de cualquier tipo de cambio, debe analizarse a profundidad. En caso de que valga la pena dicha trasformación, o innovación, el reto de implementarla tendrá un mayor nivel de esfuerzo. En el caso de una innovación incremental, posiblemente se pueda realizar a muy corto plazo, pero si hablamos de una innovación radical, lo más posible es que implique mayor tiempo y esfuerzo.

Pero en cualquier caso, si el cambio o innovación vale la pena, es imperativo implementarlo en nuestras vidas o modelo de negocio, según sea el caso.

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Escritor, mentor, consultor, infoproductor, emprendedor, enfocado en la transformación y desarrollo personal.

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